En el mercado inmobiliario se cumple el tópico de “una imagen vale más que mil palabras”, y teniendo en cuenta que estamos en plena era digital, la mayoría de viviendas se consultan e incluso se venden por internet.
Los dos primeros filtros que usa un comprador para seleccionar o descartar una vivienda son el precio y la imagen. En este caso, la mala fotografía puede ser un filtro negativo, por este motivo es crucial tener buenas fotos del inmueble.
Antes de empezar, se han de tener en consideración dos cosas:
En general, la iluminación es la clave de la fotografía, pero sobre todo, de la fotografía de interior. Y como podrás imaginar, las fotografías que puedas tomar de una vivienda serán en su mayoría fotografías de interior, salvo que tengas la suerte de tener una terraza, jardín, patio, etc.
Para conseguir la máxima luz posible, corre las cortinas y levanta las persianas, así entrará la mayor cantidad de luz, en caso de ser necesario, enciende las luces de la vivienda.
Evita en la medida de lo posible el uso del flash, así obtendrás fotografías más naturales. En caso de necesitarlo, ya sea por falta de tiempo o por no tener trípode, intenta difuminar el flash lo máximo posible para evitar reflejos no deseados y colores más naturales.
Después de esto, hemos de configurar la cámara de fotos en modo manual para conseguir la mayor nitidez posible y buena definición.
Una vez tenemos la cámara en ajuste manual, nos fijaremos principalmente en 3 factores: El valor de la ISO, la obertura del diafragma (o valor de f) y la velocidad de obturación.
Si lo que deseamos es obtener el mayor nivel de detalle posible, lo ideal es utilizar la sensibilidad ISO más baja que puedas. Ésta nos permite indicar al sensor de la cámara la cantidad de luz que debe recoger, y a no ser que dispongamos de una cámara profesional, no deberíamos superar valores de entre 400 y 800.
Si quieres hacer una prueba usando la cámara de tu móvil, dispara una foto
en modo automático y en un espacio con poca luz, de esta manera podrás comprobar que la imagen sale movida o enfocada pero con mucho grano.
Para compensar el ruido/grano que aparece con valores de ISO grandes sin perder iluminación en la fotografía, hemos de “jugar” con la velocidad de obturación y el diafragma, puesto que consideramos estos dos elementos los más importantes para hacer fotos en interiores.
Como ya sabemos, cuanto más bajo sea el valor de la ISO (si la cámara lo permite por debajo de 800), se debe encontrar otra forma de captar más luz.
Para empezar, pon la cámara réflex o la de tu móvil en modo manual, asegurándote de que la f (diafragma) está entre los valores f4 y f5.6. De esta forma, el diafragma estará abierto al máximo sin perder foco, permitiendo una mayor entrada de luz en el sensor.
En segundo lugar, debes modificar la velocidad de obturación. Esto se consigue modificando el índice de velocidad de cierre del obturador. Por ejemplo, si tenemos 1/60, esto indica que el obturador está abierto una sesenteava parte de un segundo. Cuanto más alto sea el valor del denominador (60 en este caso), menos tiempo estará abierto el obturador y por tanto menos luz se captara. Por tanto, necesitas llevar ese número por debajo del valor 1/60 para que haya una mayor entrada de luz.
En una cámara réflex es posible que con valores cercanos a 1/15 sea suficiente para conseguir la luz que necesitas. Eso sí, cualquier movimiento que hagas hará que nuestra fotografía aparezca desenfocada (este es uno de los motivos por lo que es recomendable el uso del trípode), y si la velocidad es extremadamente baja, necesitaremos un disparador remoto o programar la cámara para que dispare con el temporizador.
Para comprobar si una foto está bien iluminada, debes fijarte en que el exposímetro o fotómetro de la cámara este en el valor 0. El exposímetro te indica la correcta exposición de la fotografía cuando este es valor 0.
Visto esto, solo nos queda buscar el ángulo adecuado para la fotografía. Se recomienda poner la cámara de forma horizontal, ya que en páginas web y en general para estancias es más adecuado que el vertical, por su efecto panorámico. Para obtener un resultado más uniforme, intenta mantener el mismo formato en todas las fotografías.
Lo primero será alinear la cámara, para ello buscamos los paralelos en las líneas de suelos, techos, mesas.. lo que nos pueda guiar para conseguirlo. Las líneas torcidas no dan un acabado profesional. Se aconseja que en la foto salgan el techo y el suelo, para ello se han de buscar los paralelos, siendo lo más efectivo mantener la cámara en ángulo recto y a la altura de los ojos. Para dar amplitud al espacio, realiza las fotos desde esquinas y si la estancia es muy espaciosa puedes hacer varias fotografías desde diferentes ángulos. Es mejor mostrar diferentes puntos de vista, por supuesto evitando que aparezca nuestro reflejo.
Un último consejo, es utilizar un objetivo Gran Angular.
Normalmente, encontrarás habitaciones de dimensiones reducidas y tu tarea será incluir en el encuadre el máximo espacio posible. Los objetivos Gran Angular tienen la peculiaridad de permitir encuadrar mayor proporción de escena que un objetivo normal. Puesto que nuestro objetivo es mostrar la vivienda de la forma más clara posible, este objetivo puede ser un gran aliado.
A veces, hacer una buena foto puede ser un desafío complicado, pero nunca imposible. Con un poco de paciencia y práctica se pueden conseguir resultados sorprendentes.
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